Strong:
H2077(zébakj)de
H2076; propiamente
matanza, i.e. la
carne de un animal; por implicación un
sacrificio (la víctima o el acto):- inmolar, consagración, ofrecer, ofrenda, sacrificar, sacrificio, víctima.
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Diccionario Vine AT
zebaj (זֶֶבַח, H2077), «sacrificio». Esta raíz, en el sentido de «sacrificar» o «inmolar», se encuentra en otras lenguas semíticas: acádico, ugarítico, fenicio, arameo y arábigo.
Zebaj se continuó usando en el hebreo mishnáico y se sigue empleando en hebreo moderno, aunque mucho menos porque no hay templo. Aparece 162 veces en el Antiguo Testamento hebreo y en todos los períodos. La primera vez es en
Gén 31:54 : «Entonces Jacob ofreció un sacrificio en el monte y llamó a sus parientes a comer. Ellos comieron y pasaron aquella noche en el monte» (rva ).
El significado básico de
zebaj es «sacrificio». Después de inmolar el «sacrificio», el sacerdote lo presentaba a Dios. El propósito no era solo establecer comunión entre Dios y el hombre; más bien el «sacrificio» representaba el principio de que sin derramamiento de sangre no había perdón de pecado (
Lev 17:11; cf.
Heb 9:22). Al ofrecer su «sacrificio», el israelita fiel se sometía al sacerdote, quien, siguiendo ciertos reglamentos minuciosos (véase Levítico), presentaba el sacrificio en conformidad con las expectativas divinas.
Los «sacrificios» eran los «sacrificios» de la Pascua (
Éxo 12:27), los «sacrificios» de paz (
Lev 3:1á), los «sacrificios» de acción de gracias (
Lev 7:12) y los «sacrificios» que representaba el sacerdote (
qarban ;
Lev 7:16). El
zebaj no era como el holocausto (
olah ) que se quemaba completamente sobre el altar; y no se parecía a la ofrenda por el pecado (
jattat ) cuya carne se entregaba al sacerdote porque la mayor parte de la carne se devolvía al ofrendante. La grosura se quemaba en el altar (
Lev 3:4-5) y la sangre se vertía alrededor del mismo (
Lev 3:2). La persona que ofrecía su
zebaj compartía la carne con el sacerdote oficiante (
Éxo 29:28;
Lev 7:31-35;
Deu 18:3).
En vista de que el pueblo participaba en comer del
zebaj, el «sacrificio» se convirtió en una comida comunal donde Dios invitaba al pueblo. El mensaje del juicio de Sofonías se basa en este concepto del «sacrificio»: «Calla en la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está cercano; porque Jehová ha preperado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados» (
Sof 1:7). El israelita llegaba al templo con el animal del sacrificio. Este se inmolaba, hervía y comía dentro de los terrenos del templo (
1Sa 2:13). Además de rendir culto en los santuarios, los israelitas festejaban juntos las bondades de Dios en sus propias aldeas. La historia de Samuel ofrece varias ilustraciones de esta costumbre (cf.
1Sa 9:13;
1Sa 16:2-3).
Los profetas miraban con ojos condenatorios los «sacrificios» de un Israel apóstata: «¿Para qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustosde carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos» (
Isa 1:11).
Oseas se refiere a la necesidad de que Israel ame a Dios: «Porque misericordia quiero, y no sacrificios, y conocimiento de Dios más que holocaustos» (
Ose 6:6). El profeta Samuel amonesta a Saúl con palabras bien conocidas: «¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros» (
1Sa 15:22). David supo responder a Dios cuando pecó: «Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios» (
Sal 51:16-17).
La Septuaginta ofrece la siguiente traducción del sustantivo:
thusia («sacrificio; ofrenda»).
zebaj (זֶֶבַח, H2077), «sacrificio». Este nombre se halla más de 160 veces en hebreo bíblico. Los «sacrificios» que eran parte de los ritos del pacto incluían el rosamiento de la sangre sobre el pueblo y alrededor del altar, para simbolizar que Dios era parte del pacto (véase
Éxo 24:6-8). Otro gran «sacrificio» era el «sacrificio de la fiesta de la pascua» (
Éxo 34:25). En este caso el sacrificio del cordero brindaba el alimento principal de la comida de la Pascua y la sangre se rociaba sobre los postes y el dintel de la casa como señal que el ángel de la muerte notaría (
Éxo 12:27).
Los «sacrificios» de animales no pertenecían únicamente al culto israelita; por lo genral formaban parte de todos los cultos antiguos. A decir verdad, los procedimientos rituales eran semejantes, sobretodo entre la religión isrelita y los cultos cananeos. Sin embargo, los significados israelitas varían marcadamente de los significados paganos, ya que el uno se ofrendaba al único y verdadero Dios que guarda su pacto con Israel y el otro se ofrecía a los dioses cananeos.
El nombre
zebaj se aplica a «sacrificios» al único y verdadero Dios en
Gén 46:1 (rva ): «Así partió Israel con todo lo que tenía y llegó a Beerseba, donde ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac» (cf.
Éxo 10:25;
Neh 12:43). El sustantivo se refiere a «sacrificios» a otras divinidades en
Éxo 34:15 (rva ): «No sea que hagas alianza con los habitantes de aquella tierra, y cuando ellos se prostituyan tras sus dioses y les ofrezcan sacrificios, te inviten, y tú comas de sus sacrificios» (cf.
Núm 25:2;
2Re 10:19).
La idea del «sacrificio» pasa decididamente al Nuevo Testamento, donde Cristo se hace «el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo» (
Jon 1:29). El autor de Hebreos enfatiza el hecho de que con el «sacrificio» de Cristo los «sacrificios» ya no son necesarios (
Hebreos 9).