Strong:
H6918(cadósh)o קָדÉשÑ
cadósh; de
H6942;
sagrado (cerem. o mor.); (como sustantivo)
Dios (por su eminencia),
ángel,
santo,
santuario:- consagrado, dedicado, santo, (el) Santo.
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Diccionario Chávezקָדוֹשׁ
1) Santo (
Éxo 29:31;
Núm 6:5;
Isa 1:4).
2) Santo:
Ser celestial, ángel (
Dan 8:13;
Zac 14:5). — Var. קָדֹשׁ; Const. קְדוֹשׁ; Suf. קְדוֹשׁוֹ; Pl. קְדוֹשִׁים; Suf. קְדֹשָׁיו.
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Diccionario Vine AT
qadôsh (קָדוישׁ, H6918), «santo». Las lenguas semíticas tienen dos formas originales de la raíz que son distintas. Una significa «puro» y «consagrado» como en el acádico
qadistu y el hebreo
qadesh («santo»). La palabra describe algo o alguien. La otra quiere decir «santidad» como una circunstancia o como un abstracto, de la misma manera que en arábigo
al-qaddus («lo más santo o puro»). En hebreo el verbo
qadash y la palabra
qadesh combinan ambos elementos: descriptivo y estático. La comprensión tradicional de «separado» es solo un significado derivado y no el principal.
Q
adôsh es importante en el Pentateuco, en los escritos poéticos y proféticos, y se encuentra poco en la literatura histórica. El primero de 116 casos se encuentra en
Éxo 19:6 (rva ): «Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa».
En el Antiguo Testamento
qadôsh tiene una fuerte connotación religiosa. En uno de sus sentidos el vocablo describe un objeto, lugar o día como «santo», en el sentido de «dedicado» a un propósito especial: «Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro» (
Núm 5:17).
En particular, el sábado se ha «dedicado» como un día de descanso: «Si apartas tu pie por respeto al sábado, para no hacer tu capricho en mi día santo; si al sábado llamas delicia, consagrado a Jehovah y glorioso; y si lo honras, no haciendo según tus propios caminos ni buscando tu propia conveniencia ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehovah» (
Isa 58:13-14 rva ). Esta prescripción se basa en
Gén 2:3, donde el Señor «santificó» o «dedicó» el sábado.
Dios dedicó a Israel para que fuera su pueblo. Son «santos» por su relación con el Dios «santo».
En cierto sentido, todo el pueblo es «santo» por ser miembros de la comunidad del pacto, independientemente de su fe y obediencia: «Y se juntaron contra Moisés y contra Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?» (
Núm 16:3). Dios se propuso que esta nación «santa» fuera un sacerdocio real «santo» entre las naciones (
Éxo 19:6). Sobre la base de una íntima relación, Dios esperaba que su pueblo cumpliera con sus elevadas expectativas para ellos, demostrando que era una una nación «santa»: «Me seréis santos, porque yo, Jehovah, soy santo y os he separado de los pueblos para que seáis mios» (
Lev 20:26 rva ).
Los sacerdotes fueron escogidos para servir en el Lugar Santo del tabernáculo o templo. Por su función de mediadores entre Dios e Israel y por su cercanía al templo, Dios los dedicó al oficio sacerdotal: «Serán santos para su Dios y no profanarán el nombre de su Dios; porque ellos presentarán las ofrendas quemadas, el pan de su Dios; por tanto, serán santos. El sacerdote no tomará mujer prostituta o privada de su virginidad. Tampoco tomará mujer divorciada de su marido, porque él está consagrado a su Dios. Por tanto, lo tendrás por santo, pues él ofrece el pan de tu Dios. Será santo para ti, porque santo soy yo, Jehovah, que os santificó» (
Lev 21:6-8 rva ). Aarón, el sumo sacerdote, era «el santo del Señor» (
Sal 106:16 lba ).
El Antiguo Testamento clara y enfáticamente enseña que Dios es «santo» moralmente (
Lev 11:44) y en poder (
1Sa 6:20). Es el «santo de Israel» (
Isa 1:4), «Dios santo» (
Isa 5:16) y «el Santo» (
Isa 40:25). Su nombre es «Santo»: «Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados» (
Isa 57:15). La declaración negativa: «No hay santo como Jehová, porque no hay ninguno aparte de ti; no hay roca como nuestro Dios» (
1Sa 2:2 rva ), señala que él es «santísimo» y que nadie es tan «santo» como él. Algunas pocas veces
qadôsh se aplica a seres no humanos, alejados de este mundo y dotados de gran poder (
Job 5:1;
Dan 8:13). Los ángeles del séquito celestial son «santos»: «Y el valle de los montes será rellenado, porque el valle de los montes llegará hasta Azal. Y huiréis como huisteis a causa del terremoto que hubo en los días de Uzías, rey de Judá. Así vendrá Jehová mi Dios, y todos sus santos con él» (
Zac 14:5 rva ). Los serafines proclamaban el uno al otro la «santidad» de Dios: «Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos: toda la tierra está llena de su gloria» (
Isa 6:3).
En la Septuaginta el término
hagios («santo») representa el vocablo hebreo
qadôsh .