Strong:
H1984(jalál)raíz primaria;
ser claro (origen de sonido, pero por lo general de color);
brillar; de aquí,
hacer espectáculo,
alardear; y así
ser (clamorosamente)
necio; hablar elogiosamente; causativo
celebrar; también
hacer inútil:- aclamar, [cantar, ser digno de] alabanza, alabar, alborotar, aleluya, arrogante, dar, encender, enfurecer, enloquecer, entontecer, estruendo, gloriarse, glorificar, grandemente, infatuar, insensato, jactarse, júbilo, loar, loco, nupcial, precipitar, resplandecer.
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Diccionario Chávez(I) הלל HIFIL:
1) Brillar, resplandecer (
Job 31:26).
2) Hacer brillar, hacer resplandecer (
Job 29:3). — Impf. יָהֵל; Inf.pref. בְּהִלּוֹ (aunque en
Job 29:3 se esperaría la forma בַּהֲהִלּוׄ).
— (II) הלל QAL:
Ser arrogante, jactancioso (
Sal 5:6/5;
Sal 73:3;
Sal 75:5/4). — Impf. תָּהֹלּוּ; Part. הֹלְלִים.
POEL:
Entontecer, encloquecer (
Job 12:17;
Ecl 7:7;
Isa 44:25). — En
Sal 102:9/8 se sugiere leer con la LXX מְהַלְלַת, "los que me alaban", en lugar de מְהוֹלָלַי, que la RVA ha traducido:
"los que me escarnecen". — Impf. יְהוֹלֵל.
POAL:
Ser una locura (
Ecl 2:2). — Part. מְהוֹלָל.
HITPOEL:
1) Fingirse loco (
1Sa 21:14/13).
2) Enloquecer, actuar alocadamente (
Jer 25:16;
Jer 46:9). — Perf. הִתְהוֹלָֽלוּ; Impf. יִתְהוֹלֵל.
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Diccionario Vine AT
halal (הָלַל, H1984), «alabar, celebrar, glorificar, cantar, alardear». El sentido de «alabar» es, en efecto, la acepción de la forma intensiva del verbo hebreo
halal , que en su modalidad activa simple significa «alardear». Este último sentido se encuentra en las formas cognadas del acádico antiguo, cuyos dialectos son las lenguas de Babilonia y de Asiria. En ugarítico, el vocablo tiene la acepción de «gritos» y tal vez de «júbilo». Encontramos
halal más de 160 veces en el Antiguo Testamento y por primera vez en
Gén 12:15, en donde se indica que, debido a la gran belleza de Sara, los príncipes del faraón la «alabaron» («la ponderaron», bj , nbe ) delante de él.
Aunque
halal se usa a menudo solo para indicar la «alabanza» que se hace a personas, incluyendo al rey (
2Cr 23:12) o la belleza de Absalón (
2Sa 14:25), el término se usa mayormente para «alabar» a Dios. Es más, a todo ser viviente y todas las cosas creadas, incluyendo el sol y la luna, se les llaman a «alabar» a Dios (
Sal 148:2-5,
Sal 148:13;
Sal 150:1). Típicamente, tal «alabanza» se expresa en el santuario, sobre todo durante las grandes fiestas (
Isa 62:9).
El nombre hebreo para el libro de Salmo s es sencillamente el equivalente del vocablo «alabanzas». Tiene un sentido más apropiado que «Salmo s», lo cual proviene del griego y tiene que ver con cánticos acompañados por algún instrumento de cuerda. No es de extrañarse que el libro de Salmo s contiene más de la mitad de los casos de
halal en sus varias modalidades. A los Salmo s 113—118 se les denomina tradicionalmente los «Salmo s Hallel», pues tienen que ver con la alabanza a Dios por la liberación de la esclavitud egipcia bajo Moisés. Por esta razón, estos salmos forman una parte importante del culto tradicional de la Pascua. No cabe duda que se tratan de los himnos que Jesús y sus discípulos cantaron en la noche en que instituyó la Cena del Señor (
Mat 26:30).
De la palabra
halal proviene «Aleluya» (
aleluya ), una expresión hebrea de «alabanza» a Dios que se ha incorporado a casi todos los idiomas del mundo. El término hebreo se traduce más exactamente como «Alabemos a Jah» (o «Ya»), la forma abreviada de «Yahveh» (Jehová), el nombre particular israelita de Dios. El término «Jah» se encuentra en la traducción rvr de
Sal 68:4, fiel al texto hebreo y la bj lo traduce «Yahveh» (
Sal 68:5). [La mayoría de las versiones siguen la traducción tradicional de «Señor», según la práctica que comenzó en el judaísmo antes del Nuevo Testamento. El término hebreo «Señor» se sustituía por «Yahveh» (Jehová), que probablemente significaba «El que hace ser».] La transliteración de
aleluya en griego se encuentra 4 veces en el Nuevo Testamento en forma de «Alleluia» (
Rev 19:1,
Rev 19:3-4,
Rev 19:6). Sin duda, los himnos cristianos quedarían muy empobrecidos si se quitara de repente el término «Aleluya» de nuestro lenguaje de alabanza.