1UndH853 der MenschH120 erkannteH3045 EvaH2332, sein WeibH802, undH853 sie ward schwangerH2029 und gebarH3205 KainH7014; und sie sprachH559 : Ich habe einen MannH376 erworben mitH854 JehovaH3068. 2Und sie gebarH3205 ferner seinen BruderH251, den AbelH1893. Und AbelH1893 wurde ein Schafhirt, und KainH7014 wurde ein Ackerbauer. 3Und es geschah nachH7093 Verlauf einer ZeitH3117, da brachteH935 KainH7014 dem JehovaH3068 eine Opfergabe von der FruchtH6529 des Erdbodens; 4und AbelH1893, auchH1931 erH935 brachte von den ErstlingenH1062 seiner HerdeH6629 und von ihrem FettH2459. Und JehovaH3068 blickte auf AbelH1893 und auf seine Opfergabe; 5aber aufH6440 KainH7014 und auf seine Opfergabe blickte er nichtH8159. Und KainH7014 ergrimmteH2734 sehrH3966, und sein Antlitz senkte sichH5307. 6UndH6440 JehovaH3068 sprachH559 zu KainH7014 : Warum bist du ergrimmt, und warum hat sichH5307 dein Antlitz gesenkt? 7IstH7613 esH3190 nicht so, daß es sichH7257 erhebt, wennH518 du wohl tust? Und wenn du nicht wohl tust, so lagert die SündeH2403 vor der TürH6607. Und nach dirH3190 wird seinH4910 VerlangenH8669 sein, du aber wirst über ihn herrschen. 8Und KainH7014 sprachH559 zu seinem BruderH251 AbelH1893; und es geschah, als sieH2026 aufH413 dem FeldeH7704 waren, da erhobH6965 sich KainH7014 widerH413 seinen BruderH251 AbelH1893 und erschlug ihn. 9Und JehovaH3068 sprachH559 zu KainH7014 : WoH335 ist dein BruderH251 AbelH1893? Und er sprachH559 : Ich weißH3045 nicht; bin ich meines BrudersH251 HüterH8104? 10Und erH6963 sprachH559 : WasH4100 hast du getanH6213! Horch! Das BlutH1818 deines BrudersH251 schreitH6817 zu mir vom ErdbodenH127 her. 11Und nun, verfluchtH779 seiest du von dem ErdbodenH127 hinweg, der seinen MundH6310 aufgetanH6475 hat, das BlutH1818 deines BrudersH251 von deiner HandH3027 zu empfangenH3947! 12WennH3588 du den Erdboden bebaust, soll er dir hinfort seine KraftH3581 nichtH3254 gebenH5414; unstetH5128 und flüchtigH5110 sollst du sein auf der ErdeH127. 13Und KainH7014 sprachH559 zu JehovaH3068 : Zu großH1419 ist meine Strafe, um sie zu tragenH5375. 14Siehe, du hast michH2026 heuteH3117 von der Fläche des Erdbodens vertrieben, und ich werde verborgenH5641 seinH1961 vorH5921 deinem AngesichtH6440 und werde unstetH5128 und flüchtigH5110 sein aufH6440 der ErdeH127; und es wird geschehen: wer irgend mich findetH4672, wird mich erschlagen. 15UndH2026 JehovaH3068 sprachH559 zu ihm: DarumH3651, jeder, der KainH7014 erschlägt-siebenfältigH7659 soll es gerächt werdenH5358. Und JehovaH3068 machteH7760 an KainH7014 ein ZeichenH226, auf daß ihn nichtH1115 erschlügeH5221, wer irgend ihn fändeH4672. 16Und KainH7014 ging weg vonH3318 dem AngesichtH6440 JehovasH3068 und wohnteH3427 im LandeH776 NodH5113, östlich vonH6926 EdenH5731. 17Und KainH7014 erkannteH3045 sein WeibH802, und sieH7121 ward schwangerH2029 und gebarH3205 HanochH2585. Und er bauteH1129 eine StadtH5892 und benannte die StadtH5892 nach dem NamenH8034 seines SohnesH1121 HanochH2585. 18Und dem HanochH2585 wurde IradH5897 geborenH3205; und IradH5897 zeugteH3205 Mehujael, und Mehujael zeugteH3205 MethusaelH4967, und MethusaelH4967 zeugteH3205 LamechH3929. 19Und LamechH3929 nahmH3947 sich zweiH8147 WeiberH802; derH8145 NameH8034 der einenH259 war AdaH5711, und der NameH8034 der anderen ZillaH6741. 20Und AdaH5711 gebarH3205 JabalH2989; dieser war der VaterH1 der Zeltbewohner und Herdenbesitzer. 21Und der NameH8034 seines BrudersH251 war JubalH3106; dieser war der VaterH1 aller derer, welche mit der Laute und der FlöteH5748 umgehen. 22UndH5178 ZillaH6741, auch sie gebarH3205 Tubalkain, einen Hämmerer von allerlei Schneidewerkzeug aus Erz und EisenH1270. Und die SchwesterH269 Tubalkains war Naama. 23UndH2026 LamechH3929 sprachH559 zu seinen WeibernH802 : AdaH5711 und ZillaH6741, höretH8085 meine StimmeH6963; WeiberH802 LamechsH3929, horchet aufH238 meine RedeH565! Einen MannH376 erschlug ich für meine WundeH6482 und einen JünglingH3206 für meine Strieme! 24WennH3588 KainH7014 siebenfältigH7659 gerächt wird, so LamechH3929 siebenundsiebzigfältig. 25Und AdamH120 erkannteH3045 abermalsH5750 sein WeibH802, und sie gebarH3205 einenH312 SohnH1121 und gabH7121 ihm den NamenH8034 SethH8352; dennH3588 GottH430 hatH2026 mir einen anderen SamenH2233 gesetztH7896 an Stelle Abels, weil KainH7014 ihn erschlagen hat. 26Und dem SethH8352, auchH1931 ihm wurde ein SohnH1121 geborenH3205, und er gabH7121 ihm den NamenH8034 EnosH583. Damals fing manH2490 anH7121, den NamenH8034 JehovasH3068 anzurufen.
Comentario de la Biblia de Matthew HenryVersículos 1-7.
El nacimiento, labor y religión de Caín y Abel. 8-15.
Caín mata a Abel-La maldición de Caín. 16-18.
La conducta de Caín-Su familia. 19-24.
Lamec y sus esposas-La destreza de los descendientes de Caín. 25, 26.
El nacimiento de otro hijo y nieto de Adán. Vv. 1-7. Cuando nació Caín, Eva dijo: He engendrado un varón del Señor. Quizá pensó que era la simiente prometida. De ser así, tuvo una amarga desilusión. Abel significa
vanidad : cuando ella pensó que tenía la simiente prometida en Caín, cuyo nombre significa
posesión , ella se absorbió tanto con él que otro hijo era como vanidad para ella.
Fíjese que cada hijo tenía un llamamiento. La voluntad de Dios para todos es que cada uno tenga algo que hacer en este mundo. Los padres deben criar a sus hijos para trabajar. Déles una Biblia y un llamamiento, decía el buen señor Dod, y Dios sea con ellos. Podemos suponer que, después de la caída, Dios mandó a Adán que derramara la sangre de animales
inocentes y, una vez muertos, quemara parte o todo los cuerpos con fuego. Así fueron prefigurados el castigo que merecen los pecadores, esto es, la muerte del cuerpo, y la ira de Dios, de la cual el fuego es un emblema bien conocido, además de los sufrimientos de Cristo. Observe que la adoración religiosa de Dios no es un invento nuevo. Fue desde el comienzo; es
el buen camino antiguo , Jeremías vi, 16.
Las ofrendas de Caín y Abel fueron diferentes. Caín demostró un orgulloso corazón incrédulo. En consecuencia, él y su ofrenda fueron rechazados. Abel llegó en calidad de pecador y, conforme a lo establecido por Dios, por medio de su sacrificio expresaba humildad, sinceridad y obediencia y fe. De este modo, al buscar el beneficio del nuevo pacto de misericordia, por medio de la Simiente prometida, su sacrificio tenía una expresión que Dios aceptó. Abel ofrendó
en fe pero no Caín, Hebreos xi, 4. En todas las épocas ha habido dos clases de adoradores, a la manera de Caín y Abel; a saber, los orgullosos y endurecidos que desprecian el método de salvación del evangelio, que intentan agradar a Dios con métodos diseñados por ellos mismos; y, los creyentes humildes que se acercan a él por el camino que él ha revelado.
Caín se entregó a la ira maligna contra Abel. Albergó un espíritu maligno de descontento y rebelión contra Dios. Dios nota todas nuestras pasiones y descontentos pecaminosos. No hay mirada de enojo, envidia o de fastidio que escape a su ojo vigilante. El Señor razonó con este hombre rebelde; si tomaba el camino correcto, sería aceptado. Algunos entienden esto como un anuncio de misericordia. “Si no hicieres bien, el pecado, esto es, la ofrenda por el pecado está a la puerta y tú pudieras beneficiarte de ella”. La misma palabra significa pecado y sacrificio por el pecado. “Aunque no hayas hecho bien, no te desesperes todavía; el remedio está a la mano”. Se dice que Cristo, la gran ofrenda por el pecado, está a la puerta, Apocalipsis iii, 20. Bien merecen perecer en sus pecados los que no van a la puerta a pedir el beneficio de esta ofrenda por el pecado. La aceptación de la ofrenda de Abel por parte de Dios no cambió el derecho de primogenitura haciéndolo suyo; entonces, ¿por qué había de enojarse tanto Caín? Los apasionamientos e inquietudes pecaminosas se desvanecen cuando se busca en forma estricta y justa la causa.
Vv. 8-15. La maldad del corazón termina en el asesinato hecho con las manos. Caín mató a Abel, su propio hermano, el hijo de su propia madre, a quien debiera haber amado; a su hermano menor, a quien debiera haber protegido; un hermano bueno, que nunca le había hecho nada malo. ¡Qué efectos fatales del pecado de nuestros primeros padres fueron estos, y cómo deben de haberse llenado de angustia sus corazones! Observe el orgullo, la incredulidad y la soberbia de Caín. Niega el crimen, como si pudiera ocultarlo de Dios. Trata de tapar un homicidio deliberado con una mentira deliberada. El asesinato es un pecado que clama. La sangre pide sangre, la sangre del asesino por la sangre del asesinado. —¿Quién conoce el alcance y el peso de una maldición divina, cuán lejos llega, cuán profundo penetra? Los creyentes se salvan de ella sólo en Cristo, y heredan la bendición. Caín fue maldecido por la tierra. Él halló su castigo ahí donde eligió su suerte y puso su corazón. Toda criatura es para nosotros lo que Dios la haga, un consuelo o una cruz, una bendición o una maldición. La maldad del malo trae maldición a todo lo que hacen y a todo lo que tienen.
Caín se queja, no de su pecado, sino de su castigo. Se muestra gran dureza de corazón cuando nos preocupan más nuestros sufrimientos que nuestros pecados. Dios tiene propósitos sabios y santos al prolongar las vidas hasta de los hombres más malos. Vano es inquirir cuál fue la señal puesta sobre Caín. Indudablemente era conocida tanto como marca de infamia sobre Caín, y como señal de Dios para que no lo mataran.
Abel hablaba aún estando muerto. Habla de la odiosa culpa del crimen y nos avisa que debemos reprimir los primeros accesos de ira y nos enseña que el justo debe esperar persecución. También, que hay un estado futuro y una recompensa eterna para disfrutar, por fe en Cristo y su sacrificio expiatorio. Él nos habla de la excelencia de la fe en el sacrificio y la sangre expiatoria del Cordero de Dios. Caín mató a su hermano porque sus propias obras eran malas y las de su hermano, justas, 1 Juan iii, 12. Como consecuencia de la enemistad puesta entre la Simiente de la mujer y la simiente de la serpiente estalló la guerra, que se ha librado continuamente desde entonces. En esta guerra estamos todos comprometidos, nadie es neutral; nuestro Capitán ha declarado que él que no es conmigo, contra mí es. Apoyemos decididamente, pero con mansedumbre, la causa de la verdad y justicia contra Satanás.
Vv. 16-18. Caín desechó todo el temor de Dios y no quiso escuchar los mandatos de Dios. Los profesantes hipócritas que fingen y se niegan a tomar en serio a Dios, son justamente abandonados a su suerte para que hagan algo extremadamente escandaloso. Así, pues, se desprenden de aquella forma de santidad para la cual han sido reproche y cuyo poder niegan. Caín se fue de la presencia del Señor y nunca encontramos que haya regresado, para su consuelo. La tierra en que habitó Caín fue llamada la tierra de Nod, que significa ‘estremecimiento’o ‘tembloroso’que, de ese modo, muestra la inquietud e incomodidad de su espíritu, o ‘la tierra de un vagabundo’: Quienes se apartan de Dios nunca pueden hallar reposo en ninguna otra parte.
Los que en la tierra buscaban la ciudad celestial, optaron por morar en tabernáculos o carpas; pero Caín, por no importarle esa ciudad, edificó una en la tierra. Así, todos los maldecidos por Dios procuran su estabilidad y satisfacción aquí abajo.
Vv. 19-24. Uno de la perversa raza de Caín es el primero que se registra quebrantando la ley del matrimonio. Hasta aquí, un hombre tenía sólo una esposa a la vez; pero Lamec tomó dos.
Las únicas cosas sobre las que pone su corazón la perversa gente carnal son las cosas de este mundo, y son sumamente astutos y diligentes al respecto. Así ocurrió con la raza de Caín. Aquí había un padre de pastores y un padre de músicos, pero no un padre de fieles. Aquí hay uno que enseña sobre el bronce y el hierro, pero no hay quien enseñe el buen conocimiento del Señor: aquí hay recursos para enriquecerse y para ser poderoso y estar alegres, pero nada de Dios, de su temor y su servicio. Las cosas presentes llenan las cabezas de la mayoría.
Lamec tenía enemigos, a quienes había provocado. Hace una comparación entre él mismo y su antepasado Caín; y se elogia por ser mucho menos criminal. Parece abusar de la paciencia de Dios al dispensar a Caín, tomando eso como una estímulo para tener la expectativa de pecar y no recibir castigo.
Vv. 25, 26. Nuestros primeros padres fueron consolados en su aflicción por el nacimiento de un hijo, al que llamaron Set, esto es: ‘sustituto’, ‘establecido’o ‘colocado’; en su simiente la humanidad continuaría hasta el fin del tiempo, y de él descendería el Mesías. Mientras Caín, la cabeza de la apostasía, es hecho un errante, Set, de quien iba a venir la iglesia verdadera, es uno establecido. En Cristo y su iglesia está el único establecimiento verdadero. Set anduvo en los pasos de su martirizado hermano Abel; fue partícipe de una fe igualmente preciosa en la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo y, así, llegó a ser un nuevo testigo de la gracia e influencia de Dios Espíritu Santo. Dios concedió a Adán y Eva que vieran el avivamiento religioso en su familia.
Los adoradores de Dios empezaron a hacer más en religión; algunos, por una profesión franca de la verdadera religión, protestaban contra la maldad del mundo circundante. Mientras peores sean los demás, mejores debemos ser nosotros, y más celosos. Entonces empezó la distinción entre profesantes y profanos, la cual ha seguido desde entonces y seguirá mientras haya mundo.